S.N. Nº 48
Otra vez volví a hablar de ti mientras me preguntaban por mi vida,
Otra vez volví a perder el ánimo...
Y sin querer... derramé un poco de mi llanto;
Pero sabes, me sentí peor que nunca...
Tanto que...
Cada suspiro era una daga,
Cada palabra era sangre derramada;
Pero cada una de mis lágrimas,
Parecía incitar a la otra para seguir cayendo...
Para seguir recordando,
Para seguir torturando...
Que sentía revivir cada uno de aquellos pocos momentos,
Pero no percibía ninguno de mis tímidos latidos,
Sólo sentía unos alaridos...
Producto de este pequeño conflicto conmigo.
Quien pensaría que serían así las cosas...
Que fui quizá uno más,
De un montón que iba detrás...
Que sólo aparecí en el momento apropiado,
Para hacer lo que sé hacer mejor;
Entregarme por entero sin saber ni medir,
Para convertirme en un idiota para ti.
Irónicamente reiré,
Pero en medio de ello, lloraré...
Así no se notará,
Y simplemente en risa mi cara estará...
Pero mi cuerpo débil,
Caerá ante el súbito llanto;
Que no perdona,
Pero que maltrata mientras alborota.
Simplemente...
Seré un mar en medio de aquella lágrima,
Un sol en medio de ese haz de luz,
Un sueño en aquel tímido bostezo,
Un organismo en medio de esa célula...
Una tormenta en medio de aquella llovizna
Y una canción fluyente del ruido.
Inevitablemente sé que soy menos que imperfecto,
Pero sé que soy más que un ser perverso;
Porque tengo sentimientos y puedo reflejarlos,
Porque no sigo la lógica de olvidar,
Porque prefiero a veces recordar y torturar...
Si, me torturo contigo,
A ver cuando, cuando... podré hacer lo que tu hiciste con mi camino.
Joango.