S.N. Nº 85

Aún recuerdo el aroma de tu cuerpo que nunca poseí,
Mantengo latente el recuerdo de todos esos besos que nunca te di,
Privilegio el motivo de estar a la razón de que nunca estuviste,
Motivo mis sentidos entre esos recuerdos nunca vividos.

Pero que se le va a hacer…
El pasado es un instante presumido,
Un misterio infinito,
Un ser anónimo ingrato
Con un sentido algo desorientado.

Que con este sinsentido,
Explico lo que hago cada vez que palabreo;
Porque soy un imaginativo completo,
Soy un ser que con escribir habla directo.

Más no paro de soñar y de ponerme en situaciones diferentes
Y eso en parte explica mi inconformidad,
¿Quién no estaría inconforme con decir y explicar algo que nunca vivió?
¿Quién podría intentar ser feliz sabiendo que no te puedes desdecir?

No lo sé, pero hace un buen rato yo ya colapsé,
Estoy al borde de irme a una locura inducida,
Estoy a punto de sobornar mi mente con tal de que se sienta más perdida.

Por eso, sigo recordando esas vivencias que nunca tuve,
Sigo explicando situaciones que nunca salieron a la realidad,
Sigo sosteniendo palabras en las raíces de la mentalidad,
Sigo consultando a mi mente, para imaginarme de nuevo que te puedo besar.

Sobrevivo con la comida del fin de mis días,
No pierdo la sed porque bebo el agua del nunca poder;
Y me mantengo en pie algo mareado,
Con el equilibrio de mis días de historia nunca pasados.

Porque precisamente ahora, me he vuelto un psicópata de mi mismo,
He crucificado al hombre perfecto que se desbordaba,
He mutilado al niño inconsciente,
He petrificado y apagado al hombre incandescente.

Soy el perfecto asesino de mi persona;
Que esto no es suicidio, dense cuenta,
Es homicidio, aunque no les caiga en la cabeza…

Me miré detenidamente mientras caminaba,
Me acerqué con sutileza,
Y sin más, procedí a quedarme con mi cabeza.


Joango.